viernes, 19 de enero de 2007
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Publicado por alberdigital a las 11:16
Etiquetas: biográfico, dibujos
La historia de Gunilla Olfstadter, el Ángel de la muerte de Saint Olaf | Gunilla Olfstadter era una enfermera en el hospital Cedros de Saint Olaf. Cuidaba de Sven Bjornson, el cual le pidió que le trajera algunos humedecedores para la boca y que después le matara. Bueno, lo de matarle parecía estar en contra de todo lo que a ella le habían enseñado. Él suplicó y suplicó y, en el descanso para el café, ella ya no pudo aguantarlo más, así que tiró del enchufe y él murió. En fin, se pasó la noche carcomida por la culpa; no solo por haber aparcado su coche en el puesto de un médico, sino porque nunca estuvo segura de si, en el ruego de Sven, era el dolor quien hablaba, la medicación que estaba tomando o el chico de la cama de al lado. Veréis, el chico de la cama de al lado era Ingmar Von Bergen, el malvado ventrílocuo de Saint Olaf. Desde entonces, cada martes a las 10 -las 9, hora central- se puede escuchar la voz de Sven susurrando desde más allá de su tumba.
(Las chicas de oro, episodio 109) |
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6 comentarios:
jaja, dibujas genial.
Yo, que en esto me parezco a tí, junto con mi compañera de piso, nos propusimos ir a correr todas las noches...y tal como predije...duramos una semana :)
Besitos Ventrilocuo!
El dibujo me encanta, y la historia es tan realllll!!!
;)
No solo eres bueno con las palabras, tambien con los dibujos!!!!
¡Qué samaritano!
Hombre!no sé,lo de correr,la bici, patinar y gimnasio está bien, pero ya me parece un poco excesivo lo de la natación ;)
muy bueno,vivan los propósitos imposibles jejej:)un abrazo!
y yo que siempre me paro a pensar cual es la parte que entra en el porcentaje de irrealidad... ¿en vez de dos, sólo tenías una bolsa de patatas para compartir?
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