martes, 2 de enero de 2007

La vida a cambio del cielo

Sentencia: "Hay que pasarlo mal de vez en cuando para poder disfrutarlo cuando nos vaya bien".

Distintas versiones de éste flamante lema, acompañadas de palmaditas en el hombro, caen como meteoros cuando a uno no le salen las cosas como esperaba. No voy a negar que yo soy el primero que proclama semejante idea en cuanto surge la circunstancia oportuna. No obstante, muchos estaréis de acuerdo conmigo en que -como tantas otras observaciones que se dicen cuando no se sabe que decir-, es falsa, además de una desafortunada muestra de mal gusto. Señores, ¿en serio alguien piensa que sentirse mal le hará disfrutar más los buenos momentos?

Tuve una amiga que pasó seis años buscando al hombre de su vida, lamentando su soledad y llorando en cada esquina. Cuando por fin lo encontró, ¿creéis que se compensó su calvario? Estuvo tres semanas atenazada por el miedo a perderlo. Y, a la cuarta semana, le dejó porque no soportaba la rutina.

Yo creo que pasarlo mal solo nos vuelve recelosos, desconfiados e impacientes, y nunca ayuda a apreciar lo que se tiene. Las personas gozamos de una sorprendente habilidad para olvidar lo bien que estamos en comparación con lo mal que podríamos estar.

Entonces, ¿por qué todo el mundo insiste en convencer a los demás de la verdad de la frase, cuando ni siquiera quien la dice se la cree? Debe de ser algo así como los Reyes Magos o el Ratoncito Pérez. Y lo peor es que creer que la sentencia es cierta puede acarrear muchos más problemas que satisfacciones (igual que con los Reyes Magos y el Ratoncito Pérez). Sí, ya sé que las personas que lo dicen lo hacen con sus mejores intenciones, pero eso no significa que sepan lo que hacen. Yo, por mi parte, insitiré en proclamar la verdad: no es necesario pasarlo mal para poder pasarlo bien. Solo es una frase que se dice para animar, para hacerte creer que -al menos- tu sufrimiento ha servido para algo. Tened mucho cuidado, porque algunos no se dan cuenta y se lo toman al pie de la letra, con consecuencias catastróficas (veanse, a modo de ejemplo, los fakires y los católicos).

Sin embargo, como todas las leyendas, ésta goza de un trasfondo de verdad: sufrir no ayuda a disfrutar, pero nos ayuda a discernir con mayor claridad los buenos momentos. Un momento feliz, embutido en un entorno de amargura, se localiza con mucha más precisión. Podemos ubicarlo en su justo instante y lugar. Un diamante no es más valioso por estar rodeado de trozos de carbón, pero al menos es más fácil de encontrar que si está sumergido entre otros diamantes.

Sin ánimo de ofender a nadie, tengo que decir que esta Nochevieja resultó espantosa, tal como esperaba. Sin embargo, hubo un momento, solo cinco minutos, en los que me sentí realmente bien. No pasó nada espectacular, no hubo ningún abrazo entrañable, ni nos bañamos vestidos en el mar. Estábamos cansados del bar en el que habíamos pasado las dos últimas horas y decidimos ir a por los coches y cambiar de local. El grupo se esparció por la ciudad. Baloo, Lulú y yo enfilamos por una calle vacía. Solo estábamos nosotros tres, el frío y nuestra sobriedad. Charlamos un poco, nos reímos y paseamos. Quizá la noche entera mereció la pena por ese instante.

¿Quién sabe? acaso si lo hubiera pasado bien el resto del tiempo, habría olvidado esos cinco minutos.

(Porcentaje de realidad: 90%)

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Una de las cosas que sí me funcionan a mí siempre (pero que a la gente no le convence, porque piensan que soy una pesimista bla bla bla) es que cuando espero algo, espero lo peor (o casi) yasí se con mayor probabilidad que pase lo que pase (a no ser que sea lo peor de verdad) va a ser mucho mejor de lo que me esperaba y lo disfrutaré más, y si por el contrario, es lo peor que me podía pasar, el golpe no será tan duro.
Suena raro...pero a veces funciona.

Besos.

alberdigital dijo...

Chú, me parece una estrategia de vida muy útil y sensata. También es pesimista, pero no creo que ser pesimista tenga nada de malo.

Y muchas gracias por tus comentarios. ¿No tienes un blog? Estoy seguro de que lo pasaría bien leyéndolo.

Un saludo.

Anónimo dijo...

Sí tengo, pero no se por qué cuando pongo mi nick con la dirección no te sale...
Te lo escribo aquí
www.chu.blogia.com

Aunque puedo asegurarte que no pongo cosas interesantes ni escribo bien como tú, pero bueno, algo es algo ;)
Espero verte por allí

Un besito.