El francés
Ayer conocí al primo francés de Lulú. Vino con su novia desde Burdeos, y tardó solo 11 horas en llegar (lo cual le hacía muy feliz). La verdad es que me cayó estupendamente. Es lo que yo llamo una persona Brise Toque Fresh: alguien que va por la vida mejorando el ambiente. El único problema es que, aunque sus padres sean emigrantes españoles, él es lingüísticamente francés. Habla el español más raro qué he escuchado nunca. En realidad, hablar con él se parece a una especie de ejercicio etimológico: de cada palabra que dice, hay que buscar la raíz, retroceder hasta el latín, intentar deducir su evolución hacia el castellano moderno y -finalmente- escoger una palabra en cristiano que encaje en el contexto.
Por otro lado, el primo de Lulú muestra una ilusión y una locuacidad que invitan a escucharlo, aunque te arriesgues a un infarto cerebral. El tío se hace querer, y no es muy sutil en sus métodos. En el par de horas que pasamos juntos ayer, le vi dar al menos cinco abrazos, invitó a mi hermano Roger (al que no había visto en su vida) a que pasara unos días en su casa y nos contó cuanto dinero gana en el trabajo. A mí me propuso abrir un restaurante en sociedad, y me reveló la receta secreta de los pastelitos que han hecho triunfar su puesto de comida para llevar, en el centro de Burdeos. Un tipo simpático, sí señor, ojalá yo inspirase tanta confianza (de momento solo inspiro aire).
Desgraciadamente, dudo que yo le haya causado tan buena impresión como él a mí. El problema es que mi herramienta social -mi forma de relacionarme con los demás- consiste en hacer juegos de palabras estúpidos, a propósito de lo que habla mi interlocutor. Sí, lo sé, puede parecer una forma bastante desafortunada de hacer amigos, pero funciona. Me hace parecer un pringao y un friki, y a todo el mundo le caen bien los pringaos. Sin embargo, ayer estaba atado de manos. ¿Cómo le haces juegos de palabras a alguien que habla tu idioma de una forma tan surrealista? Hice lo que pude por evitar mi tendencia natural, lo prometo. Pero, cuanto más me regañaban todos, más rebuscados, absurdos y abundantes me salían los chascarrillos. Al final, ya no podía decir otra cosa. Es extraño el funcionamiento de la mente humana (bueno, y también el de la mía): saber que no debía hacerlo, me provocó una necesidad insoportable de hacerlo. A todo le veía doble sentido, y le sacaba punta a voz en grito. Obcecado en mi festival del humor, tardé en darme cuenta de que el pobre primo de Lulú me miraba como yo miraba al cura de mi pueblo, cuando me obligaban a ir a misa: sin entender una palabra y rezando a todos los santos para que me callara.
-¡Cierra la boca de una vez, que contigo no se puede mantener una conversación! -me dijo Maya, que se sentaba delante de mí durante la cena. Sobre todo lo hizo por el bien del pobre francés, aunque también porque es una mujer de risa fácil, y mi última estupidez le había hecho escupir la comida por la nariz. El hecho de que la comida regurgitada acabara sobre mi jersey, reforzó su petición. Intenté no decir más tonterías (lo que en mi caso equivale a intentar no hablar).
Esta noche vuelvo a tener cena con el primo de Lulú y con su novia. He estado preparando un par de temas para gente adulta, madura e inteligente. No, no voy a hablar de porno. Había pensado en preguntarle cómo le llaman a la tortilla francesa en Francia. ¿Tortilla francesa o solamente tortilla?
(Porcentaje de realidad: 95%)
P.D. Os estaréis preguntando (o no) por qué os cuento tantas cosas acerca del primo de Lulú y ninguna de su novia. Veréis, la chica no habla una palabra de español, y yo solo hablo tres de francés: “quarante quatre”, “cafe au lait” y “poisson” (aunque esto último no sé si significa veneno o pescado). He intentado construir conversaciones con estas tres palabras, pero solo consigo decir que después de 44 cafés con leche, todo me sabe a pescado (y eso no da para una amistad).
6 comentarios:
Por favor, Ventrílocuo, que no se te ocurra hacerme caso en tu vida (o la mía). Sigue diciendo tus "tonterías" porque todo mi ejercicio físico semanal se reduce a la risa, y si parases seguramente tendría que hacer deporte!
Hola!
Me haces reír mucho, jajaja, los adultos hablan de porno? jajajaja.
Internet is for porn.
Regálale un diccionario español-francés y así te lo meterás en el bolsillo.
^^
^^!
Besitos
Sí que eres malvado.Epi y blas ¿eh? Cruel ventrílocuo...
Esa clase de personas me intimidan.. Son todos tan Simpáticos que no tienes más remedio que pensar que en realidad piensan cosas horribles de tí y lo disimulan muy bien...pero tenéis un fino hilo pseudo-familiar, así que deberías creer en él y no hacer que las personas regurgiten ensaladas por las fosas nasales~
Los frikis y los pringaos son difíciles de parar cuando se dedican a pensar estupideces en voz alta...
*No estoy sola, gracias a Dios*
Maya: de acuerdo, no te haré caso en mi vida (ni en la tuya). Pero luego no te quejes, ¿eh?
waiting for godot: en efecto, los adultos hablan muchísimo de porno. ¿Por qué crees que a las películas porno les llaman películas para adultos?
Chú: ¡Internet is for porn! ¡Internet is for porn! Lararalarara.
lullaby: Un filo hilo pseudofamiliar... mmm, me gusta, lo apuntaré por si alguien me pregunta qué somos.
Jajajaja, sí, es verdad, jajajaja, jajajjaa!!!
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