domingo, 1 de abril de 2007

Mi padre quiere que sea trucha

Cuando mi madre abrió la perfumería, mi padre -que es maestro y tenía más tiempo libre- tuvo que empezar a encargarse de la cocina. Hasta entonces, lo único que sabía preparar eran lentejas quemadas y flan del chino. Mi madre tuvo que explicarle las recetas habituales, y él, día tras día, las fue apuntando cuidadosamente. Si hubiera sido otro, se las habría aprendido y se habría convertido en un ama de casa normal y corriente. Sin embargo, mi padre es un tipo perfeccionista y muy manitas, que no podía hacer las cosas como cualquiera. Mi padre estaba destinado a convertirse en el ama de casa definitiva.

El plan de acción consistió en lo siguiente: en primer lugar, distribuyó todas las recetas en cuatro semanas, combinando los platos para que la dieta fuera equilibrada, y para que las recetas similares no se preparasen en días próximos. Con el ordenador, imprimió unas tablas con la distribución de los platos. Llamó a cada semana A, B, C y D, y lo marcó en el calendario de la cocina, de manera que la comida de todo el año quedó programada. Nunca más tendría que preocuparse de qué debía poner al día siguiente.

Pero seguía estando el problema del supermercado. Hacer la lista era un engorro que podía aliviarse gracias a la programación. Mi padre estudió todos los ingredientes necesarios para las cuatro semanas, y desarrolló una lista de la compra diferente para cada una, con todo lo necesario. Organizó los productos en las listas conforme a su distribución en el Mercadona de al lado de mi casa. De esta forma, cuando tiene que hacer la compra, mi padre solo necesita escoger una copia de la lista adecuada y echar un vistazo rápido para tachar los productos que ya hay en casa. Una vez en el super, compra todo de una sola pasada. Entra por una puerta, coge ordenadamente los productos de la lista y sale por la caja. Jamás repite un pasillo. Jamás se le olvidaba el ketchup.

Confieso que al principio a todos nos pareció que se le había ido la olla. A mí me recordaba a aquel episodio de Tim “Herramientas” Taylor, en el que su mujer le encarga aspirar la casa. Tim decide que las aspiradoras son para nenas, así que construye la aspiradora para hombres, que es como una aspiradora normal pero con 200 caballos de potencia. Aquel episodio acababa con la aspiradora tragándose todos los muebles de la casa, las baldosas del suelo, a los niños y, finalmente, al propio Tim “Herramientas”. De la misma manera, todos esperábamos que la realidad pusiera a mi padre en su lugar, demostrando que lo tradicional tiene su razón de ser, y que él solo era un novato presuntuoso.

Sin embargo, eso jamás ocurrió. El plan de mi padre no tiene errores: es perfecto. En mi casa ya nadie se preocupa por la comida del día siguiente, estamos sanos, hacemos la compra semanal en menos de una hora y nunca falta nada. Nadie tiene que pensar. Todo funciona como un engranaje bien engrasado.

El otro día, mis padres tuvieron que despedir a la señora que limpiaba en casa (las hipotecas no están para bromas). Mi madre dijo que tendríamos que repartirnos la limpieza entre todos. Mi padre se ha encargado: cuatro bloques de tareas, cada uno asignado a un periodo de dos meses, repartidos en secuencias de una semana, con tareas adicionales que se alternan cada catorce días. Los bloques se asignan en un calendario. Cada hermano tiene su misión; todo está registrado y equilibrado, nadie puede escaquearse. El sistema no tiene puntos débiles. El sistema es inviolable. “Big brother is watching you.”

El sábado pasado encontré a mi padre diseñando los planes de tareas. Había nombrado los bloques con códigos: A1, A2, B1...

-Eso va a ser muy difícil de recordar -le dije yo-, es mejor que le pongas unos nombres menos formales, como nombres de animales o algo así.

Pensaba que -ya que la dictadura del pueblo había llegado a mi hogar- al menos podíamos hacerlo un poco más divertido.

Ayer, mi padre subió a mi cuarto y me entregó una fregona, un bote de lejía, dos trapos y un plumero.

-Eres trucha -dijo.

El destino, al parecer, no está carente de cierta ironía.


(Porcentaje de realidad: 92%)

7 comentarios:

Anónimo dijo...

Míralo por el lado bueno, dentro de dos meses dejarás de ser trucha, podrás volver a meterte en el armario, y además estará superlimpio.
;*

P.D.Digan lo que te digan por ahí, ser trucha no tiene nada de malo, no creo que tenga nada que envidiarle al ñu, por mucho que se crean un eslabón indispensable de la cadena alimenticia.
Un beso.

Anónimo dijo...

¡Ventrílocuo es trucha!¡Ventrílocuo es trucha!

Ya le gustaría a él ser ñu y tenerlos bien puestos (los cuernos se entiende) como yo. Lo de trucha, no se que tiene, que no ofende pero casi. Supongo que será como si a un policía en plena persecución le dicen que parece más bien un pediatra. Ser pediatra no es malo, pero seguro que a él no le mola la insinuación.

Esto de tener unos padres metidos a detective con imaginación asusta un poco.

Anónimo dijo...

Me he enamorado de vuestro padre.

Anónimo dijo...

jajajajaja

qué difícil es mantener la compostura en el trabajo a veces XD

yo quiero tener las cosas así de planificadas! por dios, mándame una copia de los menús mensuales para que lo adapte para mi casa!! (y lo digo en serio XDD)

Unknown dijo...

JAJAJA, muy bueno! Pero la verdad es que se lo ha montado bien, las cosas como son, bueno eso de trucha...ejeeje ya sabes, te vendrá bien para tu vida futura de soltero o viviendo con Lulú.
Besos.

alberdigital dijo...

Lulú: jajajaja, ya te vale. ¿Y tú como sabes tanto de ñus?

Roger: tranquilo, tranquilo, que ya te llegará la hora...

chú: Sí, es que es un sol. No te preocupes, a casi todas las niñas de su clase de segundo de primaria les pasa lo mismo. Le puedes hacer un dibujito :P

pola: Ahora mismo mi padre está haciendo algunas remodelaciones en los menús (¿menúes?). Palabra que, cuando termine, te envío el planning (ya le he pedido permiso).

angel de las mil violetas: mmm... ahora que lo dices, no sé que opinará Lulú de convivir con una trucha. Tendré que preguntárselo.

Waiting for Godot dijo...

Es en serio? Eso pasa en tu casa? Dios mío pero yo que pensé que mi familia era rara rara rara... Ventrílocuo, bromas aparte tu papá es un genio, tiene toda la razón en hacer lo que hace. Dale un abrazo de mi parte por idear ese plan, ya me veo yo organizando todo cuando vuelva de mis largas vacaciones. Un abrazo!!!