"Hágase la Navidad" dijo el Corte Inglés. Y la Navidad se hizo.
En la Escuela de Idiomas organizan todos los años un concurso de tarjetas navideñas. He pensado que si presentaba una les resultaría más embarazoso suspenderme. Puede que algunos opinen que es una vergüenza esto de volcarse en la Navidad cuando uno es más ateo que un pez. Sin embargo, diré en mi defensa que profeso una devoción a mi propia infancia que me nubla la vista en todo lo que al gordo de rojo se refiere. Eso sí, no he tenido valor para escribir "feliz Navidad", ni para poner alegres pastorcillos cantando villancicos: Una cosa es que mis principios morales se vendan a tres un duro y, otra muy distinta, que sea un hortera. A ver si os gusta.
P. D. ¿Sabíais que la principal razón para que uno deje de publicar es lo penoso que resulta dar explicaciones por el tiempo sin publicar?
(Porcentaje de realidad: 100%)